Frases como: “Me encantaría que si
no quiere salir más me lo diga” o “¿Qué le cuesta contestar un
msj y decirme que no quiere saber nada conmigo?” pasaron a ser cada
vez más comunes en mi vida. Amigos, compañeros de trabajo o de
facultad, mujeres u hombres, todos llegamos a una misma conclusión:
cada vez son menos personas las que son sinceras con sus
sentimientos.
Andrea el otro día me contaba que
después de salir casi dos meses con un chico, este le había dejado
de hablar de la nada. De repente había pasado de recibir mensajes
todos los días a no saber más nada de su existencia. Su primera
reacción fue, obviamente, escribirle ella. Pasó una hora, dos y no
le contestó, tres, cuatro...
-Todavía no me clavo el visto- me
escribió por Whatsapp- ¿Puede ser qué no haya mirado el celular en
todo este tiempo?-