jueves, 19 de mayo de 2016

Disparadores de Recuerdos

La mente se maneja de una manera curiosa ¿Saben? Una vez en una clase de comunicación la profesora nos explicaba que nuestro cerebro funcionaba en base a una biblioteca de conocimientos que ya tenía archivada. Si yo ahora te digo: “Pensá en una mesa”, instantáneamente tu cerebro irá a la imagen mental que tiene asociada a una. Ninguno va a pensar en la misma, por el simple hecho de que ese pensamiento va a estar supeditado de los recuerdos que tengas asociado a esa palabra.



Este proceso mental lo hacemos continuamente, es la manera que tiene nuestra mente para decodificar y facilitar el lenguaje. Si este proceso no existiese, nuestro cerebro debería almacenar una y otra vez la misma información, haciendo que cualquier pensamiento fuese sumamente engorroso.


Y ese mismo proceso es el que te jode la vida cuando te separás! Ajá! El muy traidor! Si, es el culpable de que ese tema de música te parta el corazón, de que no puedas ir a ciertos lugares, o de que esa remera que usabas de pijama en su casa te parezca el anticristo hoy en día.

Pero no sólo se dedica a arruinar la existencia, también sirve para acordarte de las cosas bellas. El otro día Tarantina me decía que le gustaba guardar un mapa de cada viaje que hacía, porque ahí podía marcar los lugares dónde había estado, hacer anotaciones  y empaparlo de su experiencia. La idea era que el día de mañana cada anotación podría transportarla a ese viaje.


- ¿Medio cursi no?-

- Más bien me parece tierno. Es como un disparador de recuerdos a consciencia- le contesté.


Me gustan los recuerdos. Me gusta como se tiñen de nuestra subjetividad y se moldean en base a nuestra opinión. Estoy segura que nuestra mente termina almacenando la información de manera totalmente incoherente. Eso explicaría  porque siempre creo recordar mal clima en los días mas tristes y un sol radiante en los días felices. 

Es mas, tengo dos o tres recuerdos en los que la lluvia no me parecía tan mala simplemente por estar supeditada a una experiencia positiva. En mi mente no hacía frío, y las gotas caían de una manera totalmente cinematográfica. Estoy casi segura de que incluso no tengo frizz.


Y eso mismo nos pasa con las personas, nunca somos justos con la gente que queremos. Nunca los recordamos tal cual son o eran. Siempre nos dejamos llevar o influenciar por el cariño o la falta de él. Siempre terminamos asociando los nombres, las expresiones, los gestos con las experiencia que vivimos. 

Lo curioso de esto es que a la larga sólo importa una cosa: el sentimiento con el que almacenamos mentalmente a una persona, a un lugar, a un objeto. Porque en cómo nos hacen sentir es dónde radica la base del amor que les tenemos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Haceme feliz!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...